domingo, 30 de mayo de 2010

El príncipe sin nombre



Era una noche cálida en el palacio se podían oír los pequeños murmullos de las criaturas de los alrededores de las dunas blancas, dentro se escuchaban las voces de un príncipe y su amada, discutían por la travesía que tenía que hacer el príncipe con sus hermanos hacia la parte obscura de las dunas, el príncipe intentaba calmar la inquietud de su enamorada con palabras suaves pero en el fondo él sabía que tal vez no regresaría de aquel arriesgado viaje mientras tanto su amada le decía, exaltada. …..una y otra vez…… ¡no vallas quédate conmigo! El príncipe mostraba en su rostro una paz absoluta pero aquella paz solo era un reflejo del miedo que sentía, a él lo consternaba el hecho de saber que había más de una posibilidad de que en aquel viaje falleciera además había estado teniendo constantemente pesadillas nocturnas acerca de su partida, las pesadillas eran mordidas y en sus pesadillas el príncipe se encontraba en el suelo completamente sanguinolento, desprotegido y rodeado por sus enemigos que reclamaban su cuerpo como un trofeo, en aquella escena él podía observar como sus hermanos trataban a toda costa de liberarlo de las garras de sus captores sin tener éxito alguno, de pronto todo era obscuro y entonces el despertaba….. El príncipe regreso de sus pensamientos y antes de que ella mencionara palabra alguna, toco su con cuerpo con sus brazos y gentilmente le dio un beso en la frente entonces recorrió con sus dedos los cabellos de su princesa y le dijo suavemente…. Yo te prometo que regresare, recuerda que nuestros lazos jamás abra de romperlos nada ni nadie porque nuestro amor es eterno. El príncipe fijo su mirada completamente en ella y el tiempo por instantes parecía diserto, petrificado ante aquel hermoso escenario en donde dos enamorados volvían a encontrarse como aquella primera vez en la que se habían encontrado sus miradas, el salió a tomar una bocanada de aire al balcón mientras que ella se sintió cansada y dormito sobre aquella suave cama rodeada de preciosos jazmines en jarrones dorados. Desafortunadamente aquella noche sería la última en la que el príncipe tendría la oportunidad de contemplar por última vez a su amada sobre su lecho ya que tendría adelantar su partida porque de repente a las puertas del palacio había llegado un explorador cansado con noticias de uno de sus hermanos, en sus manos aquel joven llevaba una carta que decía:
Querido hermano durante cuatro días he estado a merced de nuestros enemigos con este muchacho que es de mi absoluta confianza, hemos sido perseguidos hasta lo más profundo de las dunas y entre esta obscuridad la cual ha sido durante años nuestra enemiga sin vacilar hemos logrado ahuyentar a nuestros atacantes, tienes que darte prisa no sé cuánto aguantare yo solo sin ayuda de este muchacho, que tiene miedo de dejarme por no sentirse cobarde. Cuando llegue esta carta a tus manos estaré aliviado de que vienes ayudarme, dile a nuestro padre que el enemigo trama algo más allá de nuestras sospechas y que ha estado preparando un embestida hacia el castillo, no sé cómo decirte que estaré bien si los que persigues son como murciélagos en la noche que no se detienen ante nada para atrapar a su presa, confío en mi habilidad que hasta ahora me ha permitido ocultarme como un manto de estrellas. Por favor dile a mi padre que lo amo y no vaciles en venir por tu hermano atte.
La carta ya estaba tan humedecida que no lograba distinguirse el nombre de su hermano, firme salió el príncipe de su habitación, recorrió los pasillos del palacio hasta el trono del rey y con lágrimas en los ojos le entrego la carta a su padre. Raudamente el rey mando traer a sus mejores soldados y llamo a otros de sus dos hijos. Aquel contingente salió del castillo volando a una velocidad feroz. Cuando el contingente llego al lado obscuro de las dunas los estaban esperando los cazadores de su hermano que en su último intento por atraparlo hacían hasta lo imposible por alcanzarlo, sin vacilar aquellos asesinos detuvieron sus pasos al ver que la ayuda había llegado, el príncipe estaba que había estado acongojado, ahora sonreía al mirar a su hermano a salvo…. Algunos habrán de preguntarse y como se llamaba aquel hermano……. Quizás en otra ocasión lo sabrán por ahora solo puedo escribir que aquel príncipe no tiene nombre porque es como la luna llena y las estrellas.

Si pudiera contarte quien soy yo tal vez dejarías de mirarme con desprecio y al juntar tu mirada con la mía en unísono podrías ver en mis ojos una aurora boreal de muchos colores, si pudiera decirte cuantas veces he intentado expresar que te quiero y no he podido hacerlo porque me he quedado petrificado, tal vez las estrellas serian pocas y quizás llegaríamos a ser amigos, pero a quien le importan los detalles hoy en día a quien le interesa más una sonría de un niño o una niña que el interés por sobresalir o ganar dinero, ¿me pregunto? A quien, a quien le importan las historias viejas a quien le importan las historias de un príncipe que viajo a través del universo para encontrar la esencia de su amada y así poder salvarla y salvarse él. A quien le importa saber que es tan basto el universo pero tan pequeños los corazones de algunos seres, que es tan difícil encontrar el amor en ellos, si tan solo un día miraras atreves de este desconocido que no tiene nombre porque jamás se lo preguntaste sabrías cuanto amor quisiera darte.

Hoy en este pequeño rincón de este basto universo solo escribiré recuerdos, pequeños recuerdos que al corazón mío lo llenan de amor, escribiré: la primera vez que encontré a alguien que me ofreció una sonrisa, y me conto un pequeño pedazo de su vida sin siquiera saber mi nombre, sin si quiera pedir saber quién era yo, escribiré su nombre….. para mi será mi Luna llena.

Hoy en este pequeño rincón de este basto universo solo escribiré recuerdos, pequeños recuerdos que al corazón mío lo llenan de amor, escribiré: la primera vez que encontré a alguien que tenía unos ojos que reflejaban un resplandor inesperado y en ellos se podía encontrar el universo entero y que me ofreció su atención sin siquiera saber que yo necesitaba de la suya, escribiré su nombre…. para mi será mi Ángel de las estrellas.

Hoy escribiré en este pequeño lugar donde yace mi corazón que espera encontrarla algún día como por fin encontró la respuesta al orden en el caos y es que en el caos si hay orden y ese orden se llama Amor.
Hoy escribiré que no todo se ha perdido………………. Atte. El príncipe sin nombre


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